Fantastic, el espectáculo coreano que escapa a las definiciones
Tras Nanta y Jump, que se han ganado el aplauso del mundo entero, se perfila otro espectáculo muy representativo de Corea. Se trata de Fantastic, que se ofrece en el teatro Art Hall del Edificio 63 de Seúl. En este espectáculo, se tocan instrumentos tradicionales, se canta, se baila, se ejecutan acrobacias, se practican artes marciales, se interpreta música de fusión con instrumentos autóctonos y occidentales, etc. El teatro tiene capacidad para 450 localidades y está provisto de una gigantesca pantalla de 25 m de altura, equivalente a un edificio de 8 pisos. Gracias esta enorme pantalla Imax, estén donde estén ubicados, los espectadores no se pierden un solo detalle de la función. El argumento de Fantastic es una adaptación de la leyenda del tambor Jamyeonggo de la época Goguryeo. Esta leyenda de Goguryeo renace en Fantastic como el enfrentamiento entre la familia de los tocadores de instrumentos de percusión y la familia de los tocadores de instrumentos de viento. Para ayudar a que los espectadores comprendan el argumento de la obra, se brinda un resumen visual a través de la pantalla gigante en inglés, chino y japonés. En el inicio de los tiempos, el cielo le concedió el tambor al linaje del hombre y la flauta al linaje de la mujer para que convivieran en armonía, pero la mujer, llevada por el amor, desgarra el tambor celestial. En castigo por el crimen, el linaje de la mujer es privada de la flauta celestial y condenado a vagar por la esfera celeste convertidos todos en espectros. El único modo de romper la maldición es crear una armonía musical perfecta. Milagrosamente aparece una flauta de oro con poderes misteriosos en el taller mecánico de los sucesores del linaje del hombre. Atraídos por el poder mágico de la flauta, los espectros del linaje de la mujer quieren apoderarse del instrumento, encendiéndose la lucha entre ambos linajes. Este enfrentamiento, que al final da por resultado la armonía musical perfecta, se manifiesta como un certamen de competencia entre los instrumentos de percusión y los instrumentos de viento, en el que son movilizados no sólo los instrumentos coreanos sino también los occidentales, así como las danzas tradicionales y los bailes de b-boy y break-dance, la música pop coreana y la americana, las acrobacias circenses y las artes marciales. Una de las escenas más arrebatadoras es la que interpretan los miembros del linaje de los instrumentos de percusión en el taller de automóviles. En esa escena se usan los automóviles como instrumentos de percusión. Para hacer eso posible se instalaron tambores electrónicos en los vehículos, así como luces LED de avanzada que responden a las vibraciones. El resultado es una escena sumamente impactante, que causa asombro y gusta mucho a todos los espectadores.
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